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26 Pero luego, Ezequías y todos los residentes de Jerusalén se arrepintieron de su pecado. Por eso, durante toda la vida de Ezequías, el Señor no descargó su ira sobre ellos.

Prosperidad y muerte de Ezequías

27 Ezequías se hizo muy rico y recibió muchos honores. Tuvo que construir edificios para guardar la plata, el oro, las piedras preciosas y los perfumes, y los escudos y vasijas de oro. 28-29 También edificó muchos almacenes para el trigo, para el vino nuevo y el aceite de olivas, y muchos establos para sus animales, y rediles para sus rebaños de ovejas y cabras. Construyó, además, muchas ciudades, porque el Señor le había dado gran riqueza.

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